lunes, 5 de diciembre de 2011

Cereales





Los cereales constituyen un grupo de plantas dentro de otro más amplio: las gramíneas. Se caracterizan porque la semilla y el fruto son prácticamente una misma cosa: los granos de los cereales. Los más utilizados en la alimentación humana son el trigo, el arroz y el maíz, aunque también son importantes la cebada, el centeno, la avena y el mijo.
El grano del cereal, que constituye el elemento comestible, es una semilla formada por varias partes: la cubierta o envoltura externa, compuesta básicamente por fibras de celulosa que contiene vitamina B 1 , se retira durante la molienda del grano y da origen al salvado. En el interior del grano distinguimos fundamentalmente dos estructuras: el germen y el núcleo. En el germen o embrión abundan las proteínas de alto valor biológico, contiene grasas insaturadas ricas en ácidos grasos esenciales y vitamina E y B 1 que se pierden en los procesos de refinado para obtener harina blanca.
Cuando el cereal se consume tras quitarle las cubiertas y el germen, se denomina cereal refinado. Cuando se procesa sin quitarle las cubiertas, el producto resultante se denomina integral.
Las harinas integrales son más ricas en nutrientes, contienen mayor cantidad de fibra, de carbohidratos y del complejo vitamínico B 1 .
El valor nutritivo de los cereales está en relación con el grado de extracción del grano "cuanto más blanco es un pan, menor valor nutritivo tiene".
Los cereales y sus derivados son ricos en carbohidratos tanto de absorción rápida (tras la ingestión pasan a la sangre en poco tiempo) como de absorción lenta (fibra). El contenido de la fibra varía según el proceso industrial de preparación.
El contenido en grasas de los cereales naturales es muy bajo; algo más el del maíz cuyo contenido en grasa es del 4% aproximadamente y por ello se utiliza para obtener aceite.
Los granos de los cereales contienen muy poco agua, de ahí su facilidad de conservación.
Los cereales contienen minerales como el calcio, fósforo (aunque la presencia de ácido fólico interfiere parcialmente su absorción), hierro y en menor cantidad potasio.




Plagas





Los insectos son el grupo dominante sobre la faz del globo terráqueo. Han sido el grupo de animales más exitoso en utilizar a su favor los recursos disponibles. Sobrepasan numéricamente a cualquier otro grupo de animales y se encuentran en casi todo tipo de ambiente ecológico. Menos marino. Existen unas 30 millones de especies.
Una gran cantidad y proporción de insectos son de beneficio para el ser humano. La sociedad tal y como la conocemos hoy día, no existiría de otra forma, si nos hubiésemos excluido de la evolución de los insectos.
Mediante la polinización de algunas plantas se hace posible la producción de muchas cosechas de importancia como vegetales, frutas, nueces, granos y semillas. De aquí nuestro interés en estudiarlos y conocer más sobre su biología, morfología, ecología, comportamiento, estrategias reproductivas y vida en general.
En sentido amplio, el concepto de plaga se refiere a cualquier ente biótico que el hombre considera perjudicial a su persona o a su propiedad.
En este sentido, actualmente, la comunidad internacional acoge la definición siguiente para plaga:
“Cualquier especie, raza o biotipo vegetal o animal o agente patógeno dañino para las plantas o productos vegetales” [FAO 1990; revisado FAO, 1995; CIPF, 1997] [CAN, 1997].

Este enunciado, define en pocos términos, el concepto de plaga. Primeramente, recoge bajo un mismo término a todos los entes bióticos que anteriormente eran clasificados bajo diferentes categorías que indicaban en forma general a qué grupo o grupos taxonómicos pertenecían y si se consideraban dañinos o potencialmente dañinos. Por ejemplo, al indicar a un organismo como maleza, se entendía que era una planta dañina. En segundo lugar, limita a categoría de plaga, a todo aquel organismo capaz de causar daño a las plantas y productos vegetales, y aún, cuando el término “daño” no está definido en la fuente de la definición. De su análisis general, se desprende que se trata de daños al producto traducidos en pérdidas económicas.







Técnicas de Siembra

Las plantas silvestres comestibles crecen de manera espontánea cuando la semillas caen en el suelo después de ser dispersadas fundamentalmente por el viento o por los animales. Sin embargo en horticultura es conveniente conocer las técnicas de siembra para obtener los resultados más satisfactorios. Las principales maneras de sembrar son las siguientes:

Siembra a voleo : Se trata de un método de siembra directo en el que se intenta que las semillas se distribuyan lo más uniformemente posible sobre todo el terreno. Este tipo de siembra se utiliza especialmente en los viveros para sembrar semilleros. Se utiliza fundamentalmente con cultivos intensivos, sobre todo para cereales o legumbres como el arroz, la soja, el trigo, el heno, etc.


Siembra de voleo.


Siembra en surco o chorrillo: En este caso se siembra directamente en el surco una cantidad constante de semillas, que posteriormente en algunos cultivos deberá aclararse para que las plantas puedan crecer bien. Muchas leguminosas o cereales se siembran utilizando esta técnica.



Siembra en surco o chorrillo.


Siembra espaciada o a golpes o siembra mateada en surcos : Es una manera de sembrar en surcos pero dejando una distancia considerable entre una semilla y otra o entre dos grupos de semillas. En este caso tenemos cultivos como el maíz y los cacahuetes.


Siembra espaciada.


Siembra de precisión: En este caso la siembra se realiza mediante máquinas especialmente diseñadas para sembrar semillas que se han distribuido previamente en paquetes adecuados para cada tipo de cultivo. Este tipo de siembra solamente se realiza en cultivos intensivos porque permite ahorrar una cantidad muy elevada de semillas.










La Siembra




La siembra es una de las principales tareas agrícolas. La siembra consiste en situar las semillas sobre el suelo o subsuelo para que, a partir de ellas, se desarrollen las nuevas plantas. Hay que saber sembrar bien si queremos que nuestras plantas crezcan en el lugar adecuado y con las condiciones adecuadas. Tenemos que pensar que una cosecha conlleva mucho trabajo, esfuerzo y dinero, por lo que debemos asegurarnos de que todos los pasos que llevan a ella han sido tomados adecuadamente.

Existen fundamentalmente dos tipos de siembra:

Siembra directa : Es aquella en la que las semillas se sitúan directamente en su emplazamiento definitivo.
Siembra indirecta: Es cuando la semillas no se siembran directamente sobre el suelo sino que se siembran a cubierto para que puedan resistir las condiciones ambientales o cuando se prefiera disminuir las perdidas de semillas si se utiliza el método directo.

La mejor manera de disponer de semillas de calidad y confianza es obtenerlas directamente de nuestras propias plantas. No obstante, si pretendemos conseguir variedades nuevas o no tenemos la voluntad o la confianza de producir nuestras propias semillas, podemos recurrir a semillas producidas en viveros especializados o centros de jardinería. 
Hay que admitir que comprar buenas semillas resulta más caro que producirlas en casa por lo que, al menos, resulta muy interesante intentarlo.